lunes, 2 de julio de 2012

Vamos España

Levantarse con tanta fuerza que hasta saltas de la silla, sin pensar quien hay a tu derecha te abalanzas sobre él como si quisieras derribarlo al suelo, y él sobre ti. El impacto ha dolido, pero no lo sientes, no lo piensas, incluso es un dolor agradable.
La cerveza que se sujetaba con la mano derecha no sabes donde está, ni el recipiente ni el líquido. La localización de la mayoría de los objetos de la habitación ha sido alterada gravemente, incluso alguno ha desaparecido. Me da igual, como si se cae el techo, quiero quedarme más tiempo saltando sin control, saltando sin saber donde pisas.
Entre los gritos y los fuertes golpes se escucha de fondo el sonido de la televisión:
“Llegó desde atrás el Canario, puso la cabeza, lo celebra mirando a la cámara y España se pone patas arriba, Españaaa 1, Italiaaa 0”
El ambiente cambia completamente: Las cervezas fluyen con más velocidad, todo el mundo ofrece trozos de su pizza, se hacen bromas de mal gusto y te pegas un hartón de reír… Se respira buen rollo. Somos todos de España.
28 minutos después se repite exactamente la misma acción, pero esta vez menos destructiva, ya controlas la cerveza en la mano (incluso con el dedo taponando la salida), las patatas y otros pica-pica están situados fuera de los bordes de la mesa… Pero el grito es exactamente el mismo.
Un grito que sale del corazón hasta la garganta, esta no aguanta del todo bien la potencia y tira de falsete.
Se repite todo esto dos veces más a lo largo del partido. Algo inimaginable, único e histórico.
Cuando acaba… ¿Qué pasa? Ya has visto la goleada, has visto a Casillas levantar la copa, a Sergio Ramos abrazarse con piqué y con Busquets, a Valdes y a Reina cabeza con cabeza. A Ballotelli enfadado con ganas de saltar contra el público Español… Incluso has esperado a ver la entrevista de Sara Carbonero con Iker Casillas.
¿Todo se acaba? , niego a creérmelo, a mí me ha emocionado ver un país por fin unido gracias al fútbol, me ha emocionado ver que a pesar de lo mal que lo pasa mucha gente aún sigue teniendo motivos para gritar de alegría, siguen habiendo motivos para brindar con un buen champagne.
Me ha emocionado ver banderas catalanas y españolas juntas, y por fin se ha visto a España unida. Y aunque me reía hace poco de las palabras de Roncero por ser demasiado exageradas, es verdad, esa es la actitud para levantar un país.
 Y aunque todo esto se quede ahí, haya pasado y algunos lo puedan llegar a olvidar, yo sé que en algún momento volveré a ver el gol de Torres contra Alemania, el de Iniesta contra Holanda y la goleada a los azules más de un millón de veces… Y seguiré apretando el puño, seguiré emocionándome.
Y cuando un alemán, francés, afgano o de cualquier parte del mundo me pregunte de dónde soy, le diré con orgullo que soy español.
-          Pues tu prima de riesgo  es una mierda (¡¡ Pero somos imparables !!)
Allí me callaré.
Vamos España.