domingo, 24 de noviembre de 2013

Duatlón Ametlla del Vallés


Dos años después me dispongo a competir de nuevo un duatlón en la Ametlla del Vallés: 6 km a pie, 22 km de btt y 3km a pie. Esta vez voy mucho más preparado sobre la bici, ruedo mejor sobre terrenos fuertemente técnicos.

El duatlón es una competición que siempre me ha jugado malas pasadas, siempre me pasa algo, o me desfondo por una mala dosificación o se me parte alguna pieza de la máquina. Esta vez la afronto con la experiencia de haber tenido malas experiencias, ¿Hay algo peor que hacer el duatlón entero corriendo por romper el cambio? No. Estoy curado de espantos.

Se da la señal de salida. Decido tomar una estrategia prudente y salgo con un ritmo muy tranquilo.

“Voy a disfrutar esta carrera, no me voy a dejar la vida en ello”

Siempre me digo lo mismo y es mentira. Supongo que es una manera de auto engañarme para no pensar en lo que me espera. Salgo tranquilo, sonriente, como el que va a dar un paseo. Pero al segundo 3, alguien me adelanta… Y cambio de idea:

“Voy a ir a muerte, no me adelanta ni uno más”

Poco a poco voy apretando el ritmo y gano posiciones. Aunque el terreno es duro y desnivelado completo la primera parte con aire en los pulmones y mucha energía muscular. Por fin aprendo a utilizar la cabeza y no salgo a toda pastilla pensando que la moto guía va a tener problemas para ganarme.

Transición eficiente, no pierdo tiempo. Y lo mejor de todo: ¡No me dejo nada! He llegado a dejarme las gafas de natación puestas. Aunque hay peores que yo, un artista (porque no tiene otro nombre) que salió corriendo pensando que la bici era lo último. Bueno, al tema:

La segunda parte es la más dura de la carrera, los caminos son técnicos tanto de bajada como de subida. Sigo adelantando sobre las ruedas, pero cada vez cuesta más. Voy subiendo el listón y cada grupo que cojo me lo pone más difícil.

Me quedo con los exigentes, en las subidas aguanto el grupo. En las primeras bajadas también, hasta que me doy cuenta que estoy poniendo en juego clavícula, radio, cúbito y peroné.

Tengo la mala fortuna de descentrar la llanta con una roca. No voy sobrado de piernas como para ir ahora con una rueda frenada. Allí pierdo posiciones, pero sigo dando guerra.

El neumático trasero me defrauda, me resbala la rueda en tramos fuertemente inclinados. En una ocasión la rodilla impacta contra el manillar e insulto al neumático como si estuviera en una discusión discotequera. El duatleta que corre a mi lado mira al neumático y acto seguido me mira a mí, como diciendo: “Tío, que es un neumático, no te va a escuchar”.

Acabo la segunda parte de la competición y efectúo una transición muy rápida. Ya sólo me quedan 3km. Espero no desfondarme como ya me pasó hace dos años.

La última parte de la carrera la hago a un muy buen ritmo, nadie me adelanta y paso a varios a un fuerte ritmo.

Buenos resultados:

Posición total: 77 de 208 duatletas

Tiempo total: 02:11:25

Salud y km

martes, 2 de julio de 2013

Marnatón Sant Feliu

Al fin disfruto una travesía en aguas abiertas. No sufrí ningún tipo de rozadura gracias a la vaselina, las gafas no me molestaron nada, la biodramina me evito mareos y la crema solar antimedusas me salvo de quemaduras y picaduras.

Comentaré con brevedad mi carrera ya que no tiene ningún interés. Acabé los 6000 metros de aguas abiertas en 1h:39 min. Un tiempo increíblemente bueno... Si el mar no nos hubiese echado un cable con sus corrientes. De todas formas estoy bastante contento con mi tiempo aunque podría haberme exprimido más.
La travesía fue adornada tanto bajo el agua como fuera de ella. El fondo marino se podía ver en varias ocasiones. La fauna marina la representaron las medusas, si no vi quince no vi ninguna. Eso me hizo revolverme en algún momento, pero la crema anti-medusas es realmente efectiva.

Bordeábamos la montaña de Tosa - Sant Feliu, por tanto la vista se podía ir entreteniendo. Muy agradable. Destacar el último tramo antes de encarar la recta final donde se tenía que pasar por un arrecife de unos tres metros entre roca y roca. Increíble, ese trozo era para repetirlo.

                                                                Salida desde cala Canyet
                                                                     
                                                   Parte del recorrido Tosa- Sant Feliu

Los últimos 500 metros sacudí el mar con fuerza. Cada brazada penetraba el mar como un puñal, el aire lo soltaba con un grito cargado de ilusión y rabia. "VAAA"... "VAAA"..."VAAA"...

El marnatoniano de mi lado se le veía igual, dándolo todo en esa última recta. Llegamos a la vez a tierra, nos dimos la mano y la enhorabuena.

Estuve esperando un rato a mis compañeros, que a pesar de su inexperiencia en este tipo de competiciones hicieron un muy buen papel. Dar la enhorabuena a Pancho Maluenda, Pepe Batlle, Alfosno Megino y a Guillermo Jmz que se han convertido en nuevos marnatonianos.

                                                                             Finishers                                      

Puede comentar la carrera con Pancho Maluenda que finalizó la carrera en tan solo 1h:48 min. Pasó por lo que llamo el km de la desesperación con un éxito total. El primer km de un marnatón es desesperante: El cansancio irreal , los golpes, la engullida de agua salada... Todo junto hace que el cuerpo mande señales de riesgo a la cabeza.

"Tío, en el primer km me he planteado dejarlo"

Pero no se dejó imponer, paso esta primera parte y siguió como un león hasta el final de la carrera. La bestia que le atormentaba días previos a la carrera salió disparada de su interior. Y ahora ha aparecido una nueva...

Cuando se logra un objetivo existen dos opciones: satisfacerse con lo que se ha conseguido o levantar la cabeza con ambición. Pancho y yo  nos empezamos a entrenar para los 11km de Formentera. Y no nos quedaremos allí, seguiremos y seguiremos, hasta el día que pase una Orca por debajo nuetsro a pocos km del fin del estrecho de Gibraltar. Entonces... Veremos cual es nuestro próximo objetivo.

Salud y km.

martes, 4 de junio de 2013

Marnatón La lluna


Por desgracia de mis lectores y por fortuna mía empiezo a tener más experiencia en travesías a nado, y lo noté. Sin embargo, falta por mejorar pequeñas cosas que no me permiten disfrutar del mar.

Este tipo de competiciones están para disfrutarlas, pero para ello se ha de pasar varias veces por el sufrimiento de la inexperiencia.

A las 6:50pm estaba preparado en la línea de salida: vaselina impregnada tras las axilas y el cuello, neopreno bien cerrado, gorro puesto y gafas ajustadas. 

Suena el bocinazo de salida, no estoy muy nervioso pues sé que estoy preparado de sobras para acabar esta travesía de 4,5 km. El objetivo es bajar de 1h: 30min.

El mar está algo revuelto, la corriente en contra se nota. Lo bueno es que es un ida y vuelta, lo que me frena ahora es lo que me impulsará luego. El inicio de estas competiciones siempre se hace un poco pesado. Recibo varios golpes y choques hasta la primera boya, donde adquiero un espacio asequible para pinchar con fuerza el mar.
 
 

Empiezo a adelantar a marnatonianos con facilidad. Me siento muy bien, noto que avanzo con mucha velocidad para lo que suelo hacer. Clavo el brazo bajo el agua y lo mantengo hacia adelante como si quisiera dislocarme mi propio hombro, eso es lo que me hacía ir más rápido que el resto de mi grupo. Al sacar el brazo del agua lo hago con parte de mi caja torácica para volver a entrar con la ayuda de la gravedad. Por lo general pienso en utilizar bien la complicada técnica del nado en cada brazada.

Los problemas llegan, me entra agua en el ojo derecho. Esto es de lo más incómodo que pueda pasar, cada vez que roto la cabeza el ojo me lo hace saber con un escozor. Es soportable, aguanto con ello hasta mitad carrera.

A mitad carrera hay que salir del agua y correr unos 10 metros por la playa. Esto me va muy bien para apretarme fuerte las gafas. Al rato aprenderé que existe una tremenda diferencia entre apretar y ajustar.

La vuelta se hace muy incómoda cuando debería ser al revés. Las gafas me presionan tanto los ojos que empiezan a doler. Las pestañas chocan con el cristal en cada pestañeo, esto me evita ver las boyas con claridad. Cuando no se tiene claro dónde está la bolla se cambia más de dirección que una mosca en una discoteca.
 
 

El ritmo es muy bueno, nado con fuerza y me sobra mucha energía por sacar. Seguía adelantando nadadores aunque me volvían a coger por nadar en “eses”.

Llego a meta un poco mareado pero muy sobrado de fuerzas, podría haberme exprimido bastante más. Alzo la cabeza para mirar mi tiempo y veo 1h:15min en el marcador (un tiempo real de 1h:11min). Objetivo más que cumplido, se han notado los duros entrenos.
 

Una notable mejora en la primera disciplina del triatlón en estos últimos meses. Ahora hay que seguir entrenando duro para mejorar más estos tiempos.

Salud y km

 

 

miércoles, 24 de abril de 2013

¿Ñu o humano?


Hoy empezaré hablando del ñu. El ñu es la mayor población animal en el mundo. Es poco conocido, sus cualidades dan poco de sí para cuentos e historias, sin embargo, son los que mataron a Mufasa en el rey león (la estampida). El ñu es el animal más estúpido y feo del reino animal, es devorado por todos los carnívoros de la selva. ¿Cómo se defiende? No lo hace, sus cuernos apuntan a su propio cráneo. Lo más divertido del ñu es que su peor amenaza son ellos mismos. Cuando van al lago, a saciarse de agua, unos pisan a los otros haciendo que la mitad de la manada muera ahogada. Los cadáveres crean un puente que es aprovechado por las cebras para cruzar el río. Son tan feos que cuando se reflejan con el agua del lago se asustan, no  es broma, pegan un brinco. Cuando uno corre, todos le siguen sin tener ni pu.. idea de adonde se dirigen.

El ñu es el único animal que no sabe ni el mismo que pinta en este mundo. Perdón, corrijo, el ñu y algunos seres humanos.
 
 

¿Qué pasaría si no existieran las metas? ¿Los objetivos? ¿Los retos?, nadie lucharía por nada, simplemente seríamos ñus. (Hasta el nombre es feo)

La ambición es aquello que nos hace ser humanos, es lo que nos permite decidir entre ser felices o ser como la fauna animal. Cuando sufrimos día a día para alcanzar una meta es cuando empezamos a sentirnos orgullosos de nosotros mismos, y eso queridos lectores, eso es el sentido de la felicidad.

Parece obvio, sí. Sin embargo, a la hora de la práctica muchos son los que no saben por qué luchan. Luchan por algo, pero no pretenden llegar a nada, ¿Qué sentido tiene eso?

Cuando uno se propone algo y lo intenta con persistencia y constancia, automáticamente desaparecen muchas malas hierbas de su vida: Algunos “amigos”, vicios, costumbres, maneras… Se desvanecen. En su lugar aparecen nuevas hierbas, verdes como la esperanza.

Una persona verdaderamente ambiciosa es aquella que siempre ve su límite a la misma distancia a la vez que escala posiciones. El primer objetivo que uno se pone es un simple faro en medio del océano, cuando se llega a este aparece una nueva luz a lo lejos. Esto es lo que da sentido a esta vida, la posibilidad de llegar tan alto como se quiera.

Algunos lectores y amigos me han pedido consejos para terminar alguna competición. Todos lo que lo acabaron me hablan de otros retos que están muy por encimas del primero.

Quiero explicar un caso en concreto. He visto un grandísimo amigo salir de la propia mierda solo por el hecho de entrenar para un triatlón. Parece mentira, pero todo lo malo desapareció de su vida: droga, alcohol, tabaco, rechazos de estudio, amigos dudosos… Lo único que necesitaba era tener una meta por encima de él. Necesitaba despertar su ambición, ahora, no hay quien le pare.

No quiero decir que entrenar para un triatlón es la solución para la vida misma. Pintores, músicos, empresarios, abogados, médicos, ingenieros, obreros, fontaneros, deportistas… cada uno con sus objetivos.

Preguntaros al final de cada día: ¿He aprovechado el tiempo? ¿Me estoy acercando a mi meta? Las respuestas a estas dos preguntas son decisorias. Con que te quedas, ¿con lo de ser humano o un ñu?
 
 

Salud y km

lunes, 22 de abril de 2013

Héroes de la montaña


“Ya sé que esto que os voy a decir es muy poco científico, pero yo creo que a Iñaqui le mantuvo vivo la solidaridad y las ganas de que viviera que había entre el equipo de personas que formaban el grupo de rescate. Si no es incomprensible que Iñaqui aguantara en tales circunstancias tanto tiempo”  Koldo Marínez, Médico grupo de rescate Pamplona.

Iñaqui Ochoa de Olza, alpinista profesional, es el protagonista de una increíble historia que desafía los límites de lo que es físicamente posible.
 
                                                            Iñaqui Ochoa de Olza

Las montañas eran su vida, sobretodo el Himalaya. Compañeros suyos explican que Iñaqui era el alpinista que sabía disfrutar más de las montañas.

El alpinista había puesto su vida en un absoluto riesgo en varias ocasiones al tratar de rescatar a otros montañistas. Su obsesión con las montañas le había permitido salvar varias vidas.

Es importante saber de qué y quién estamos hablando. Este montañista vivió toda clase de experiencias en el Himalaya: Vio morir amigos, sufrió tremendas caídas, congelaciones y angustias de estar al borde de la muerte, salvo vidas y se jugó la suya. No ponía su vida en riesgo  por su madre o sus hermanos, sino por gente completamente desconocida. Ese favor le sería devuelto algún día.

Iñaqui Ochoa se quedó atrapado con un edema pulmonar y otro cerebral en una de las partes más peligrosas que pueda haber en todo el mundo. Horia Colibasanu, Himalayista compañero de Iñaqui, estaba con él en ese momento, aún teniendo capacidad de bajar se quedó con Iñaqui sabiendo que su vida entraba en una cuenta atrás.
                                                                      Iñaqui y Horia

“Si estás a 8.000 metros ya puede venir la sexta flota americana que de allí no te saca nadie”  Dijo en una entrevista Iñaqui de Ochoa.

La muerte le puso la espada en su cuello. La vida a 8000 metros de altura es muy corta. Casi ningún helicóptero de mundo puede llegar a este tipo de altitudes. Nada ni nadie podría sacar a Iñaqui de esa situación… Excepto un equipo de los 15 mejores alpinistas del mundo.

Sorprendentemente cada uno de ellos salto de la cama sin pensárselo ni un solo segundo a por el rescate de Iñaqui. Eran conscientes de que podría suponer la última experiencia de sus vidas, pero eso no le importaba a nadie. Lo único que importaba era sacar al “hombre de las montañas” de allí.

Dennis Urubko, militar sueco profesional del Himalayia, y su equipo no pueden acceder al campamento base por la imposibilidad de volar con ese tiempo. La situación de Iñaqui es altamente crítica, por tanto, Uelisteck, el mejor Himalayista del mundo, subió sin equipo de alta montaña a rescatar a su amigo desde el campamento base.
 
Uelisteck (Mejor alpinista en ascensión rápida)
 

                                                                   Dennis Urubko

Cuando Uelisteck  llegó arriba se encontró con un problema: Horia tampoco podía bajar sólo, tanto tiempo al lado de Iñaqui a esa altura le dejó en una muy mala condición física. En el campamento toman una decisión: Bajar a Horia, salvar a quien se podía salvar.

Horia, se niega completamente. No iba a dejar a su amigo allí, si moría, moría a su lado. Uelisteck accede a quedarse con Iñaqui permitiendo así a Horia bajar y salvar su vida.

Mientras tanto, Don Bowie y Dennis ascendieron 3000 metros en 24 horas con las bombonas de oxígeno a cuestas, estaban solo a 4 horas de salvar la vida de Iñaqui. Pero el estado de Iñaqui ya era insostenible.

“Yo he perdido un hermano, pero he ganado 14 ejemplos. Son como hermanos” Sostiene Daniel Ocoha de Olza tras el fallecimiento de su hermano Iñaqui.

El 23 de Mayo de 2008 Iñaqui Ochoa de Olza falleció tras 5 días de agonía en la arista este del Anapurna.

Este es un ejemplo para los alpinistas, para los deportistas… Para todo el mundo. Este montañista nunca se negó a su sueño, asumiendo los tremendos riesgos de la montaña decidió morir de pie antes que vivir de rodillas.

La fuerza de amistad que transmite esta historia es sorprendente… No solo ponen su vida en un alto peligro al intentar salvar a su compañero, sino que algunos piden morir a su lado antes que dejarlo solo. Esto, esto sí que es heroísmo.

 “El mayor riesgo es tirar por donde tú no quieres tirar, y no ser feliz”  Iñaqui de Ochoa.
                                      Cara este del Anapurna. Donde descansa Iñaqui en paz
 

Salud y km.

 

 

jueves, 18 de abril de 2013

La pequeña que plantó cara a un país.


“Lo siento mamá, he de tomar este bote” Esa fue la última vez que vio a su hija.

Esta la increíble historia de Samia, atleta Somalí. Una niña que nunca dejó de creer en sí misma. Ella tenía un sueño, que cogió y lo protegió con los dientes cerrados, no dejo que nada ni nadie se lo robara. Will Smith estaría orgulloso de ella.

Empezó retando a los chicos de su clase, las chicas eran demasiado fáciles para ella. De callejuela en callejuela nadie lograba batir a la pequeña Samia. Allí empezó su pasión por el atletismo.

Su madre le apoyaba por encima de todo. Pero le inquietaba la idea de que su hija entrenara por las calles de un país donde la paz era escasa. Entre tiros y muertes Samia corría para llevar a su país a los juegos olímpicos de Pequín.

Empezó a competir a nivel nacional, sin embargo, la falta de un buen entrenador y material en condiciones no le permitía entrar en las plazas olímpicas.

La pequeña protagonista nunca se rindió, no era la más rápida, pero si la más valiente. Una niña que nunca paro de intentarlo. Corriendo por encima de todo.

Las cosas se complicaron mucho más cuando su padre y su tío fallecieron en la guerra. Ella tenía bajo su responsabilidad cinco hermanos. Quien en su sano juicio seguiría soñando en llegar a unos juegos olímpicos. ¿Quién? ¿Cómo? Esta pequeña valiente, con coraje. Sacaba el tiempo de debajo de las piedras y corría por las calles más peligrosas del mundo. Incluso alguna vez se topaba con calles cortadas por el ejército.

Cualquiera de nosotros deja de correr un día porque llueve, porque hacen un partido de segunda división, porque nos duele la uña del pie, porque hay una manifestación… Porque sí. Imaginaros ahora que te dicen que de vez en cuando hay bombardeos en la diagonal, o que acaba de caer un misil en plena Viagusta. No habría ni Perry Mayson por las calles.

Esta niña corría jugándose su vida por un sueño. Es increíble, nada, absolutamente nada puede parar a esta chica. Por eso que logró lo que tanto anhelaba. Ir a Pequín en representación de su país.
Sus límites habían escalado un par de posiciones. Ahora su sueño era el oro olímpico. A falta de entrenadores durante tantos años era algo imposible para esas olimpiadas. Samaia luchó con toda su alma en esos doscientos metros.

Gente que presenció la carrera en directo sostenían que la mirada de esa niña era de campeona. Su historia no podía ser de nadie más que la de la campeona del mundo. Esas olimpiadas no logró ganarlas, de todas formas, su carrera de atleta empezaba allí. Ahora nadie la podía parar, la bestia se había despertado.



Cuando llegó a Somalia, su familia la recibió con los brazos abiertos, pero no sabían cómo había quedado. Ese país estaba prácticamente incomunicado por la guerra.

Su vida empezaba, su sueño cogía forma. Desgraciadamente las cosas se torcieron aún más y la milicia fundamentalista Al Shabab, prohibió el deporte y cualquier atisbo occidental. Lo hicieron amenazando con la muerte a aquel que se atreviera a correr o algo similar.

La niña quedó traumatizada y dejó el atletismo… un tiempo. Poco a poco los dientes se cerraban con más fuerza y la bestia que tenía dentro de sí gritaba con más rabia para salir de allí.

Un bote partía de Somalia hacia la costa Italiana. Era su oportunidad de triunfar, llegar allí y correr con libertad. Las cosas no son tan fáciles, ese bote suponía un enorme riesgo, por eso, su madre la prohibió dejar  Somalia de esa manera.

“Lo siento mamá, he de tomar este bote” Esa fue la última vez que vio a su hija. Samia murió ahogada durante el desplazamiento.

Entre ella y su sueño solo le podía parar la muerte. Una muerte causada por el odio de un general. Por la maldad de una milicia. Por la mentira de un país.

Este tipo de muertes no han de ser en vano, no los son. Esta historia, tan real como dramática enseña al mundo entero valores necesarios. Un país entero decía que no se podía, una pequeña niña gritaba que sí.

Pero no es así, estas historias que nos enseñan grandes valores están escondidas tras los vestidos que luce Belén Esteban y la nueva novia de Rafa Mora.

No te preocupes campeona, hay blogs que anteponen este tipo de historias por encima de todo.

Salud y km.



martes, 16 de abril de 2013

Maraton Boston


4:09:43, un tiempo tan bueno como el primer clasificado. Tras esas 4 horas hay un sacrificio diario, un esfuerzo constante… Hay Calma, hay cabeza y sobretodo mucho coraje. El coraje de levantarse un día y decir: “Correré un maratón”. La valentía de adelantar una hora el despertador. La braveza de escuchar entre todas las voces, la que habla más flojito, aquella que dice: “Tu puedes”.

Algo les para, les impide cruzar la meta a solo 10 pasos de su merecida cima… Una explosión que deja a numerosos atletas heridos y provoca tres muertes, entre ellas un niño de 8 años.
 
 
 

Esta terrible tragedia nos deja a todos tocados. Nos invaden las preguntas, aquellas preguntas que evitamos en el día a día. ¿Por qué? ¿Qué hacen de malo unos corredores? ¿Por qué hay este tipo de odio?

No lo sé, no tengo ni idea. No escribo para dar la solución, ojalá pudiera. Quiero dar un apoyo a aquellos corredores que estuvieron allí, luchando por un sueño. Aquellas personas que pasaron por miles de pequeñas luchas para llegar hasta ese punto. Probablemente varios de ellos decidan colgar las bambas, cojan fobia a cualquier competición. No querrán volver a escuchar de retos deportivos. Lo que vivieron, lo que vieron y lo que sintieron son razones de peso para dejarlo.

Muchos caerán, golpeados por el desanimo de contemplar esta situación… No os equivoquéis. ¡Correr! Hoy, mañana y el resto de vuestras vidas, correr. Correr más que nunca, si antes hacíais 10 km diarios, hoy hacer 15. ¡Qué se enteren! No os dejareis  vencer.

Sea cual sea el objetivo del retorcido mental que colocó los explosivos, no se ha cumplido. Lo único que ha conseguido es que nos levantemos del sofá. Ha conseguido sacarnos a la calle a correr, a ofrecer quilómetros por una causa, porque queremos demostrar algo… NO NOS ASUSTA. NO NOS VAS A PARAR.

 


Salud y km.

sábado, 13 de abril de 2013

¡Levanta chaval! La guerra no acaba aquí


Salgo a probar las rodillas y a ver el recorrido que me espera mañana, 5km en Atlanta. Empiezo a trotar con ganas, me imagino que estoy en la carrera: “Voy en primer lugar, me sobra aire y le saco suficiente tiempo al segundo concursante como para relajarme”. Hago un solo kilómetro porque tengo cosas que hacer.

Al llegar a casa un dolor agudo me recorre todo el gemelo izquierdo. Las rodillas han funcionado bien, pero siempre hay algún músculo que paga las consecuencias de una mala pisada. Nada grave, Ibuprofeno y a tirar.

A las 12 me acuesto en la cama con dolor en el gemelo. Mañana probablemente se me pasará. 5 de la madrugada, el dolor es tan intenso que me despierta del sueño. Cambio de opinión tras un duro debate con la almohada. No correré, se prudente al menos una vez en tu vida. Saco la alarma. Me tomo otro Ibuprofeno para dormir mejor.

El remordimiento y los nervios me levantan a las 6:12. El dolor del gemelo ha desaparecido, soy consciente que no es arte de magia.

Normalmente la gente se auto engaña para no correr. Debo ser imbécil, pero me pasa todo lo contario. Añoro los nervios previos de la carrera, el pesado del micrófono, el coche patrulla que encabeza la carrera, la lucha continua por un puesto, el sacrificio… Me auto convenzo de que no va a pasar nada y voy a la carrera vestido de Robocob (rodilleras, muñequera, cremas  e ibuprofenos).

Sinceramente, voy acojonado no, lo siguiente. No sé cómo va acabar esta historia, pero no pinta nada bien. La parte prudente lucha por volver atrás, pero por mucho armamento que tenga es demasiado pequeña, queda aplastada por la enorme apedreada del coraje.

La tuna: trompetas, flautas, tambores y saxofones tocando en la línea de salida, dan una alegría a la fiesta. La mascota del equipo de fútbol americano divirtiendo a los corredores.  El coche de patrulla es un clásico. Así es como lo ve el americano.

La tuna: trompetas, flautas y no sé qué mierda más que no para de taladrarme los oídos. La abejita de los cojones molestando a todo el mundo. El coche este no llega a meta antes que yo… Cacharra. Así es como lo ve un español.

Suena el disparo inicial, voy a por todas, empujo a la mascota asquerosa (con delicadeza) y me coloco en primer lugar. El gemelo y las rodillas no se quejan, me ayudan a acabar lo que he empezado. Ya se quejarán luego. Al km 2,5 nos descolgamos dos del grupo. Esto es mío, el europeo raro con rodilleras os va a dar un repaso.

Km 3, bajo el ritmo vertiginosamente. Se me escapa el primero y me empiezan a pillar las posiciones traseras. El 3, el 4, el 5… Llego en 9 lugar hecho polvo. Miro el tiempo y no me lo creo: No son buenos corredores, es que yo soy mal corredor.  Bajo más de un minuto respecto hace 6 meses.

El gemelo y las rodillas empiezan a gritar. Vuelvo a casa semi-cojeando y pensando en alto, en muy alto:

“Jorge, eres un bocazas. Voy a ganar, voy a ganar, ¡¿voy a ganar?!, ¡IMBÉCIL¡¿Quien cojones te crees que eres? Tienes tendinits rotuliana, probablemente una rotura de fibras en el gemelo y tienes los huevos a correr una carrera explosiva, que encima, por cierto, ¡QUEDAS NOVENO, DÉCIMO O YO QUE SE! Empieza siendo humilde bajándote tus humitos de haber ganado carreras de pueblo y entérate de cómo funciona esto: Nadie nace sabiendo atontado. Vaya caña te han dado tonto del culo. Y ahora espérate al veredicto de tus tendones, ojo te caen dos meses de cárcel por tu chorradita. El hospital y el cementerio está lleno de valientes”

Llego a casa, me tumbo con mala cara por la bronca que me acaba de caer y vuelvo a meditar, las conclusiones.

“Está claro que la prudencia no ha sido tu punto fuerte. ¡PERO QUE PASA!, me gustaría ver quien hubiese ido a esta carrera en tus condiciones. Sólo tú. ¡ERES UN VALIENTE! Y si el cementerio está lleno de valientes… ¡¡SEGURO QUE MURIERON DE PIE!! No te hundas campeón, ves  a por hielo, aplícatelo en tus piernas y recupérate lo antes posible. Porque ahora, todos se van a enterar de quien eres.  Vas a entrenar más que nunca. Caer está permitido, levantarse es obligatorio. Que Dios se apiade de todos estos si vuelves a correr esta carrera”

 ¿A quién le hago caso? Supongo que sabéis la respuesta.


 

Salud y km