jueves, 20 de diciembre de 2012

Lo que nunca hay que olvidar

Las buenas acciones, los actos de compañerismo y deportividad son muy poco visibles, se les presta poca atención, desgraciadamente no relucen como deberían. En cambio, la mala acción salta a la vista, nadie la pasa por alto. El chaval que grita en clase es escuchado por toda la clase, pero el que está en silencio haciendo sus deberes no le tiene en cuenta nadie. Extender la mano siempre es más difícil que dejarla donde está.

En el mundo del deporte todos recordareis la tira de casos de una falta de deportividad penosa, sobretodo los futboleros. Pero el buen comportamiento, se pasa por alto, se da por supuesto que se ha de seguir, no ha de ser premiado, y estoy de acuerdo, pero hay ocasiones que sobrepasan la línea del simple buen comportamiento.

En la entrada de hoy hablaré sobre los casos más relucientes, deportivos y heroicos que ha habido en el mundo del deporte. Y sin dudarlo, los más valientes.

 Iván Fernández Anaya, atleta vitoriano de 24 años, se negó ha ganar un cross (carrera a pie), por que consideró no merecerlo.

Abel Mutai lideraba la carrera con una cierta distancia respecto al corredor español. A una docena de metros de la línea de llegada el keniata se paró pensando que había finalizado su carrera.

Iván Fernández le cogió rápidamente… Haré una pausa, ganar una carrera de este calibre supone un buen fajo de billetes y una crucial subida de la reputación de un atleta. ¿Qué hubierais hecho en su lugar? Esta pregunta se la han hecho a varios corredores y todos coinciden en que hubieran adelantado a su rival. Que no lo veo mal, al fin y al cabo todo cuenta.

Iván decidió renunciar a su escalada como atleta y apoyándole la mano sobre la espalda le acompaño hasta la línea de meta.

“Tu primero, yo no lo merezco”

“Aunque me hubieran dicho que ganando tenía plaza en la selección española para el Europeo, tampoco lo habría hecho. Otra cosa, claro, sería si en juego hubieran estado una medalla en el Mundial o en el Europeo. Entonces, creo que sí, que me habría aprovechado para ganar… Pero también creo que ha dado más nombre haber hecho lo que hice que si hubiera ganado. Y eso es muy importante, porque hoy en día, tal como están las cosas en todos los ambientes, en el fútbol, en la sociedad, en la política, donde parece que todo vale, un gesto de honradez viene muy bien”.

Olé, olé y olé Iván, esta es la clase de personas que se necesitan para salir de esta. En estos tiempos, estos preciosos gestos de honradez son vitales, aún hay gente que cree en esta filosofía, este tío hace un partido político y mi voto ya lo tiene.



Otro caso es el de Miroslav Klose, jugador del Nápoles.

Klose, anotó un gol con la mano sin quererlo. El árbitro no se percató de las manos y dio como válido el gol. Daba el primer tanto al equipo.
Fue el propio goleador que pidió que anulara el gol, ya que no era justo.

Klose dio una lección al mundo del fútbol que deberían gravarse a fuego los jugadores. Los propios rivales agradecieron con expresiones atónitas al jugador del Nápoles.

Eugenio Monti, nueve veces campeón mundial de bobsleigh, iba a ganar el décimo campeonato ya que sus rivales más directos no podían correr la última manga debido a una avería de una pieza básica del bobsleigh.
Lo único que tenía que hacer Monti era esperar, el premio ya era suyo, pero optó por el camino difícil. Desmontó su aparato y les prestó la pieza que les faltaba a los hermanos británicos.

Ese año, Monti no pudo disfrutar de otro título, pero sí de ser otro gran ejemplo para el mundo del deporte.

Gracias a dios siguen habiendo atletas, futbolistas, esquiadores… que nos enseñan que nunca hay que olvidar valores como la honradez. Esta filosofía que a veces parece que vaya a morir, es avivada por estos grandes ejemplares. Y eso… Eso es algo que el deporte no puede perder.

Salud y km