miércoles, 28 de octubre de 2015

Trail de las templiers

Cuando llegamos allí el primer día me quedé atónito con el espectáculo que había montado entorno a la competición. Una cantidad de gente descomunal que estaban allí para disfrutar del atletismo de montaña.


Ver la llegada de algunos corredores a la meta común que tenían todas las competiciones que se celebraban durante esos días me hacía florecer en mi piel la famosa gallina. Era espectacular... Estoy en una de las fiestas más importantes del Trail, mi deporte pasión.

Por fin llega mi salida, me coloco en primera fila aún sabiendo que hoy hay atletas de alto nivel. Voy a salir a por todas, no dudo de mi capacidad de dar la sorpresa.

Compito en nombre de Kalenji España y quiero dar la talla. He compartido un día con el resto del equipo y no quiero defraudarles, quiero que se sientan orgullosos de mí, quiero llegar a mi tienda y explicarles lo que he conseguido, quiero escuchar a mi padre felicitarme... Voy a dar mi 100%, lo tengo claro.

Suena la canción de las templiers y dan el inicio e la carrera, me coloco en el primer grupo. Quiero empezar la primera subida en este grupo. Al km 1 tomo la iniciativa y ataco a 3:15 el km en el plano, quiero desgastar a los atletas más débiles antes de la subida. 

Empieza la subida, aguantamos tres en la cabeza a un ritmo muy alto, si la pendiente se mantiene podré aguantar. Ante mi sorpresa comienza una subida de una pendiente de un 30%. Efectivamente, una pared. El primer y el segundo corredor se me escapan y aguanto la tercera posición luchando como puedo con la subida.

Se hace interminable, es muy dura, posiblemente nunca me había encontrado con un rompepiernas tan largo. Noto los cuadricep que poco a poco llegan a su límite potencial, tengo ganas de coger el plano para soltar las piernas. El tercer corredor me adelanta y me quedo fuera del pódium.

Cuando llego a la parte más alta me doy cuenta de que voy cuarto con cierta diferencia del quinto, ahora sólo tengo que aguantar el tipo. Una cuarta posición en esta carrera es más que suficiente... Ya os podéis imaginar que no hablo en serio,  voy a la caza de la cabeza de carrera. Me considero un atleta muy potente en el plano de montaña, puedo recortar tiempo km a km.

Me pongo a ritmos muy altos y me quedo sólo entre presas y depredadores. Yo sólo pienso en mis presas.

Adelanto al tercer atleta y cruzo el primer punto de control con una posición que va a ser muy dura de aguantar en el pódium.

Me siento bien, y se que podré aguantar hasta el final, tengo una buena posición asegurada. Cojo una subida que viene siendo pura escalada, me ayudo con las manos para impulsarme. No me veo flojo, pero llegaré muy justo al final de carrera. Tengo el agua justa para llegar hasta el final.

No veo señales por ningún lado, sigo subiendo con la esperanza de ver algo. A los 30 metros veo un cartel que pone "la Solarite". Básicamente se podría traducir en: "Te has equivocado de camino campeón". Doy media vuelta y al cabo de un par de km cojo al denso del grupo. He pasado de ir tercero a 70. Un golpe psicológico me tumba al suelo, me desanimo completamente, me siento y empiezo a observar el paisaje mientras medito. 

"Voy a abandonar, es injusto, no me merezco esto, he luchado para estar entre los primeros"
Una parte de mí me hace levantarme y correr como si fueran los últimos 100 metros. Estoy lleno de rabia y pierdo el control, me pongo a subir a más de 180 pulsaciones adelantando a los competidores que caminaban. No pienso en las consecuencias que me traerá.

Llegando a la parte de arriba ocurre lo que tenía que pasar, se me suben los cuadricep y me retuerzo de dolor en el suelo. No recibo ayuda de nadie y tengo que controlar yo el músculo de cabeza. Es difícil de explicar la situación en la que me encontraba, he pasado de estar en tercer lugar con suficiente fuerza como para aguantar a estar retorciéndome de dolor en el suelo a 10 km de la meta.

Llego al punto de control como puedo y pido retirarme. Lo tengo claro, no quiero seguir. Me siento en una silla y empiezo a recriminarme mi error en voz alta. No quiero saber de nada ni de nadie, que me lleven al hotel y me pongo a dormir.

Me llega una imagen a la cabeza, mi primer duatlón: Rompí la patilla de cambio de la bicicleta en el primer km y decidí correr 21 km con una bici a cuestas para acabar la carrera. ¿Dónde está ese deportista?

He ganado muchas carreras desde entonces y ya no se cruzar metas en posiciones tan retrasadas. Me preocupa lo que puedan pensar de mí, me parece injusto. Últimamente si voy bien acabo, si me pasa algo me retiro. Pero... tú nunca has corrido para nadie, corres por ti. ¿Dónde esta ese Jorge que ha llegado a metas vomitando, sangrando o hasta incluso al borde del desmayo? ¿Dónde está ese Jorge que nunca se rinde? ¿Ya no es capaz de aguantar los golpes que da el deporte?

Tengo los ojos lagrimados porque me veo incapaz esta vez. Me levanto para dirigirme al coche que me bajará hasta abajo. Me siento en la parte trasera y noto un pinchazo en la lumbar, tengo algo en el bolsillo. Es un elefante con la trompa hacia arriba: Me lo regaló mi novia hace unos meses como amuleto de la suerte, me dijo que con eso nunca nada me podría ir mal, lo llevo en todas las carreras. Me había olvidado hasta incluso de eso.

"Stop¡, I will run" Grito mientras estoy bajándome del coche.

Así soy yo, no voy a rendirme, he venido a algo: cruzar una meta. Y para ello tendré que luchar con la parte más dura de una carrera, muy por encima de los dolores físicos, vencer a la bestia mala de nuestra mente.

Me acuerdo de todos: mis compañeros de Decathlon Mollet que me dieron ánimos antes de salir, me acuerdo de mi equipo de Kalenji como me decían que podía con todo, de mis padres, mis amigos... Poco a poco llego a la meta. 

¿Cómo estoy? ¡Mejor que nunca!, una derrota que me ha valido como cinco victorias. He vuelto a ser lo que era: "Un chalado que nunca se da por vencido"

Prepararos, una bestia a despertado. Muy orgulloso de mi equipo Kalenji en Templiers: Eva Benz, Vicente Roig, Llorenç Sarrión y Alejandro Reina. He acabado en parte por vosotros. 

¡¡Vamos Kalenji Team!! Esto sólo ha hecho que empezar.




Salud y km desconocidos.