miércoles, 21 de diciembre de 2011

El rompetobillos

Salimos de Barcelona a las 8 de la mañana Pablo Camp, Miguel Magrané y yo en dirección a Cánoves. Allí nos encontramos con Edgar y Arnau que también se dispondrán a correr la marcha popular, más bien dicho el rompe tobillos popular.

Suena el disparo inicial, Somos unos 80 concursantes, los 2,5 kilómetros iniciales son muy sencillos, carretera con muy poco desnivel, aunque el suficiente para dividir la carrera en grupos, se descuelgan corredores y quedamos en la cabeza sólo 6 atletas.

Empieza la montaña, un auténtico calvario, unos 5 kilómetros prácticamente continuos de subida con fuerte grado de inclinación, Arnau y yo nos quedamos solos entre los tres líderes y un corredor que va a tener que luchar 15 kilómetros sólo. El 4 y 5 puesto son nuestros.
A media subida, me doy cuenta de que mi musculatura está llegando a sus límites, Arnau se escapa pocos metros por delante de mí. Como ya he descrito en otras crónicas, me va muy mal correr sólo.

“Tendría que haber cogido guantes, me arden las manos”

A pesar de que disminuyo bastante el ritmo, el de atrás no me coge y el de delante no se me escapa, lo veo.

Llego al primer avituallamiento, allí me refresco para hacer los últimos 200 metros de subida. Subida de pura potencia: inclinación bestial y terreno muy rocoso y difícil. Por suerte, últimamente he entrenado bastante estos caminos, así que a base de potencia consigo adelantar a Arnau y situarme en cuarta posición.

Falta la mitad, aunque ahora es todo bajadas y plano. Intensifico el ritmo cada vez más y hago pequeños sprints en zonas difíciles… Nada de esto consigue que pierda de vista a Arnau, me sigue de cerca, vaya bestia, encima es ciclista.

“No te centres en los de atrás, ves a por el tercero”

Empieza una bajada terrible, cada zancada hace retumbar mis músculos y el flato se hace más duro. Lo paso realmente mal, no veo a nadie atrás ni delante, estoy completamente sólo.

Acabo la carrera en cuarta posición, allí me esperaba coca cola y butifarras. Al fin.

Arnau llega quinto después de mi, posteriormente llegan Edgar, Pablo y Miqui.

Edgar: Llega entre los buenos, parece que sea una locomotora, le sale vapor de la cabeza. Una auténtica bestia, hace un tiempazo.

Pablo: A pesar de su fiestas continuas y su limitado entreno corriendo, lo lucha hasta el final y concluye la carrera con la cabeza bien alta.

Miki: Muy meritorio correr 17 kilómetros (y no precisamente planos), con una rodilla cascada. Se necesita coraje.



Posición: 4 de unos 80

Tiempo: 1:12:00 (aprox

Recorrido: 16 kilómetros con 1.013 metros de desnivel.



                                         

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