La primera carrera iniciada mediante unas campanadas.
Salimos los 300 corredores dispuestos a correr: Unos van a ganar, otros a hacer
tiempo y los más valientes que sólo quieren acabar.
¿Y en que grupo estoy yo? No lo sé, no conozco el recorrido
y nunca he corrido 22 km con 1600 m de desnivel en montaña.
Salgo en el primer grupo. Llevan un ritmo que no creo que
aguante toda la carrera. Sin embargo, como desconozco mis posibilidades aguanto
allí. Poco a poco se van descolgando corredores, hasta el punto que dos se
distancian y nos quedamos unos peleando por la tercera posición.
La primera bajada técnica me escapo y les saco distancia en
la trialera de subida. El ciclismo me aventaja mucho cuando se trata de subidas
fuertemente inclinadas y obstaculizadas.
Me quedo sólo, entre las presas y los depredadores. Me
olvido de los dos atletas que tengo delante y me preocupo en sacar distancia al
cuarto corredor. La verdad es que no tenía en mente esta situación, así que no
sé hasta dónde aguantará mi cuerpo. Tan sólo llevo 5 km.
Voy girando la cabeza continuamente con la esperanza de no
ver a nadie. Es allí cuando empiezo a plantearme la parte sicológica de la
carrera. Está claro que no es la buena actitud: Mirar hacia atrás con el temor
a que me adelanten. Si estoy corriendo en esta carrera, en esta posición y a
este ritmo es porque he mirado siempre hacia adelante.
Empiezo a apretar el ritmo, paso de temer al corredor que
sube detrás de mí a retarme con los que están por delante. Los veo a lo lejos,
pero por mucho que me esfuerce no logro recortarles distancia. Los tengo todo
el rato a unos doscientos metros.
Kilómetro a kilómetro, no bajo el ritmo, no pierdo tiempo en
ningún repechón, roca, río… Nada, lo cruzo todo a gran velocidad. Estos
pequeños detalles hacen que en el km 15 pille al segundo y le robe la posición.
Empezamos a correr codo a codo el resto de kilómetros. No me
interesa atacar, soy muy bueno en el último sprint. Me espero.
En el km 21 empieza a apretar y me pongo justo detrás de él,
pero en la bajada se me escapa. Tengo
ese último sprint para ganar la posición, sin embargo hay algo evidente con lo que
no había contado: mis piernas han cruzado su límite.
“Te has ganado un buen Podium”
En la meta atiendo a los periodistas y me pongo a estirar.
Tenía que pegarme esta última sobrada, nunca me había entrevistado para un
periódico, pero en el momento me sentí Sergio Ramos en plena rueda de prensa.
Muy contento con mi posición y mi tiempo.
1h: 39 min, 48 seg
3 clasificado general
Salud y km
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