miércoles, 18 de junio de 2014

Medio maratón la campana

La primera carrera iniciada mediante unas campanadas. Salimos los 300 corredores dispuestos a correr: Unos van a ganar, otros a hacer tiempo y los más valientes que sólo quieren acabar.

¿Y en que grupo estoy yo? No lo sé, no conozco el recorrido y nunca he corrido 22 km con 1600 m de desnivel en montaña.

Salgo en el primer grupo. Llevan un ritmo que no creo que aguante toda la carrera. Sin embargo, como desconozco mis posibilidades aguanto allí. Poco a poco se van descolgando corredores, hasta el punto que dos se distancian y nos quedamos unos peleando por la tercera posición.

La primera bajada técnica me escapo y les saco distancia en la trialera de subida. El ciclismo me aventaja mucho cuando se trata de subidas fuertemente inclinadas y obstaculizadas.

Me quedo sólo, entre las presas y los depredadores. Me olvido de los dos atletas que tengo delante y me preocupo en sacar distancia al cuarto corredor. La verdad es que no tenía en mente esta situación, así que no sé hasta dónde aguantará mi cuerpo. Tan sólo llevo 5 km.

Voy girando la cabeza continuamente con la esperanza de no ver a nadie. Es allí cuando empiezo a plantearme la parte sicológica de la carrera. Está claro que no es la buena actitud: Mirar hacia atrás con el temor a que me adelanten. Si estoy corriendo en esta carrera, en esta posición y a este ritmo es porque he mirado siempre hacia adelante.

Empiezo a apretar el ritmo, paso de temer al corredor que sube detrás de mí a retarme con los que están por delante. Los veo a lo lejos, pero por mucho que me esfuerce no logro recortarles distancia. Los tengo todo el rato a unos doscientos metros.

Kilómetro a kilómetro, no bajo el ritmo, no pierdo tiempo en ningún repechón, roca, río… Nada, lo cruzo todo a gran velocidad. Estos pequeños detalles hacen que en el km 15 pille al segundo y le robe la posición.
Empezamos a correr codo a codo el resto de kilómetros. No me interesa atacar, soy muy bueno en el último sprint. Me espero.

En el km 21 empieza a apretar y me pongo justo detrás de él, pero en la bajada se me escapa.  Tengo ese último sprint para ganar la posición, sin embargo hay algo evidente con lo que no había contado: mis piernas han cruzado su límite. 

Miro hacia atrás para que nadie me robe el momento de cruzar la meta en tercer lugar. Levanto los brazos y saco aire con fuerza.

“Te has ganado un buen Podium”

En la meta atiendo a los periodistas y me pongo a estirar. Tenía que pegarme esta última sobrada, nunca me había entrevistado para un periódico, pero en el momento me sentí Sergio Ramos en plena rueda de prensa. 

Muy contento con mi posición y mi tiempo.

1h: 39 min, 48 seg       3 clasificado general    




Salud y km

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