lunes, 11 de junio de 2012

10 km de Santander

“Corre para disfrutar” me decía a mi mismo para evadir los nervios. Faltaban 30 minutos para la salida, 10 km a pie por las calles de Santander. Podría haber optado por la carrera de 5 km, pero al final me decanté por la larga.  Los corredores de las dos distancias salían a la vez y por el mismo recorrido, sólo que unos daban la vuelta antes.
A mi derecha Abel Anton (ex-campeón europeo de 10km) y a mi izquierda Dani Sordo (Corredor de rally). Tiene gracia compartir metros con tan grandes deportistas.
En la línea de salida decidí que iba a arriesgarme en la carrera, es decir, iba a apretar fuerte al principio asumiendo el riesgo de desfondarme. Veremos que tal me funciona.
Disparo de salida, me auto convenzo de que soy bueno y me coloco en primera posición. Nunca había aguantado tanto rato primero en una carrera de cierto nombre, estaba  justo detrás de las motos que aguantan las cámaras de televisión (no os imaginéis a TVE ni ningún canal con cierta importancia), es una sensación interesante correr y observar unas cámaras que te están gravando a ti. Al no estar preparado a correr con “tanto protagonismo” hacía el canelo: Sonreía a la cámara, hacía gestos de lucha...  La gente debería pensar que soy tonto.
Cojo un buen ritmo y lo mantengo. Escucho detrás que varios corredores me pisan los talones.
“Probablemente estén compitiendo en 5 km, no te preocupes”, no es así. Curiosamente las 6 primeras posiciones corrían la distancia larga.
“Qué lástima, llego a correr la corta y la ganaba seguro” Estoy corriendo la de diez, por tanto me he de olvidar completamente de la corta.
A los 3 km un grupo de tres corredores se me escapa y me quedo sólo con la cuarta posición. No puedo quedarme allí, es la peor de todas. Justo en la frontera del pódium, sin embargo, de vez en cuando alguna moto se detiene un rato para gravarme, sigo haciendo el canelo.
A la vuelta de los 5 km veo a los corredores que están en posiciones anteriores a la mía (todos menos 3). Algunos me animan, y yo a ellos. Siempre que he visto a las primeras posiciones cuando daban la vuelta al recorrido les veía como si fueran sobrehumanos. Ahora me tocaba a mí coger ese papel (lógicamente hablamos de una carrera no-profesional).
Aumento el ritmo para atrapar a los tres mosqueteros, pero cada vez que levanto la cabeza los veo más  y más lejos, hasta que los pierdo de vista.
No los puedo pillar, sólo me queda luchar por mantener mi posición, y no es fácil, tengo detrás dos corredores que me siguen de cerca y por mucho que suba el ritmo no me los saco de encima.
Kilómetro 7,5. Estoy hecho trizas, las piernas ya nos son capaces de subir ritmo, y eso es malo, como llegue a los 500 últimos metros así, los de atrás esprintarán y me adelantarán. Pero si bajo el ritmo para reservar algo de fuerzas me adelantarán antes. Difícil decisión.
Sigo con un ritmo fuerte y dejo la última jugada para la última recta. Ya sacaré algo.
Kilómetro 9,5. Sigo cuarto, pero escucho las zancadas del quinto y el sexto que entre ellos se fuerzan para ganarme distancia.
Bajo la bandera española más grande que he visto en mi vida ondeando a pocos metros de la furia del mar me alimento de rabia, última dosis, consigo acelerar mis piernas esos últimos 500 metros. Madre mía, que duros. Han sido más fácil los 9500 metros que estos últimos 500.
Llego a meta en cuarta posición. Me abrazo con el quinto y el sexto y les felicito por su carrera. (No se le ve muy de acuerdo).
Me hidrato, como algo de fruta y me vuelvo hacia casa a despegar de la cama a los cuatro pánfilos.
No logro salir de Santander con copa en mano y con mi nombre en los periódicos regionales, pero estoy muy contento de mi resultado. He luchado duro, y he llegado a meta en una buena posición.
Posición: 4º de 700 atletas
Salud y km.
Adjunto el video de la salida, no se me puede apreciar:

No hay comentarios:

Publicar un comentario