martes, 16 de abril de 2013

Maraton Boston


4:09:43, un tiempo tan bueno como el primer clasificado. Tras esas 4 horas hay un sacrificio diario, un esfuerzo constante… Hay Calma, hay cabeza y sobretodo mucho coraje. El coraje de levantarse un día y decir: “Correré un maratón”. La valentía de adelantar una hora el despertador. La braveza de escuchar entre todas las voces, la que habla más flojito, aquella que dice: “Tu puedes”.

Algo les para, les impide cruzar la meta a solo 10 pasos de su merecida cima… Una explosión que deja a numerosos atletas heridos y provoca tres muertes, entre ellas un niño de 8 años.
 
 
 

Esta terrible tragedia nos deja a todos tocados. Nos invaden las preguntas, aquellas preguntas que evitamos en el día a día. ¿Por qué? ¿Qué hacen de malo unos corredores? ¿Por qué hay este tipo de odio?

No lo sé, no tengo ni idea. No escribo para dar la solución, ojalá pudiera. Quiero dar un apoyo a aquellos corredores que estuvieron allí, luchando por un sueño. Aquellas personas que pasaron por miles de pequeñas luchas para llegar hasta ese punto. Probablemente varios de ellos decidan colgar las bambas, cojan fobia a cualquier competición. No querrán volver a escuchar de retos deportivos. Lo que vivieron, lo que vieron y lo que sintieron son razones de peso para dejarlo.

Muchos caerán, golpeados por el desanimo de contemplar esta situación… No os equivoquéis. ¡Correr! Hoy, mañana y el resto de vuestras vidas, correr. Correr más que nunca, si antes hacíais 10 km diarios, hoy hacer 15. ¡Qué se enteren! No os dejareis  vencer.

Sea cual sea el objetivo del retorcido mental que colocó los explosivos, no se ha cumplido. Lo único que ha conseguido es que nos levantemos del sofá. Ha conseguido sacarnos a la calle a correr, a ofrecer quilómetros por una causa, porque queremos demostrar algo… NO NOS ASUSTA. NO NOS VAS A PARAR.

 


Salud y km.

No hay comentarios:

Publicar un comentario