sábado, 13 de abril de 2013

¡Levanta chaval! La guerra no acaba aquí


Salgo a probar las rodillas y a ver el recorrido que me espera mañana, 5km en Atlanta. Empiezo a trotar con ganas, me imagino que estoy en la carrera: “Voy en primer lugar, me sobra aire y le saco suficiente tiempo al segundo concursante como para relajarme”. Hago un solo kilómetro porque tengo cosas que hacer.

Al llegar a casa un dolor agudo me recorre todo el gemelo izquierdo. Las rodillas han funcionado bien, pero siempre hay algún músculo que paga las consecuencias de una mala pisada. Nada grave, Ibuprofeno y a tirar.

A las 12 me acuesto en la cama con dolor en el gemelo. Mañana probablemente se me pasará. 5 de la madrugada, el dolor es tan intenso que me despierta del sueño. Cambio de opinión tras un duro debate con la almohada. No correré, se prudente al menos una vez en tu vida. Saco la alarma. Me tomo otro Ibuprofeno para dormir mejor.

El remordimiento y los nervios me levantan a las 6:12. El dolor del gemelo ha desaparecido, soy consciente que no es arte de magia.

Normalmente la gente se auto engaña para no correr. Debo ser imbécil, pero me pasa todo lo contario. Añoro los nervios previos de la carrera, el pesado del micrófono, el coche patrulla que encabeza la carrera, la lucha continua por un puesto, el sacrificio… Me auto convenzo de que no va a pasar nada y voy a la carrera vestido de Robocob (rodilleras, muñequera, cremas  e ibuprofenos).

Sinceramente, voy acojonado no, lo siguiente. No sé cómo va acabar esta historia, pero no pinta nada bien. La parte prudente lucha por volver atrás, pero por mucho armamento que tenga es demasiado pequeña, queda aplastada por la enorme apedreada del coraje.

La tuna: trompetas, flautas, tambores y saxofones tocando en la línea de salida, dan una alegría a la fiesta. La mascota del equipo de fútbol americano divirtiendo a los corredores.  El coche de patrulla es un clásico. Así es como lo ve el americano.

La tuna: trompetas, flautas y no sé qué mierda más que no para de taladrarme los oídos. La abejita de los cojones molestando a todo el mundo. El coche este no llega a meta antes que yo… Cacharra. Así es como lo ve un español.

Suena el disparo inicial, voy a por todas, empujo a la mascota asquerosa (con delicadeza) y me coloco en primer lugar. El gemelo y las rodillas no se quejan, me ayudan a acabar lo que he empezado. Ya se quejarán luego. Al km 2,5 nos descolgamos dos del grupo. Esto es mío, el europeo raro con rodilleras os va a dar un repaso.

Km 3, bajo el ritmo vertiginosamente. Se me escapa el primero y me empiezan a pillar las posiciones traseras. El 3, el 4, el 5… Llego en 9 lugar hecho polvo. Miro el tiempo y no me lo creo: No son buenos corredores, es que yo soy mal corredor.  Bajo más de un minuto respecto hace 6 meses.

El gemelo y las rodillas empiezan a gritar. Vuelvo a casa semi-cojeando y pensando en alto, en muy alto:

“Jorge, eres un bocazas. Voy a ganar, voy a ganar, ¡¿voy a ganar?!, ¡IMBÉCIL¡¿Quien cojones te crees que eres? Tienes tendinits rotuliana, probablemente una rotura de fibras en el gemelo y tienes los huevos a correr una carrera explosiva, que encima, por cierto, ¡QUEDAS NOVENO, DÉCIMO O YO QUE SE! Empieza siendo humilde bajándote tus humitos de haber ganado carreras de pueblo y entérate de cómo funciona esto: Nadie nace sabiendo atontado. Vaya caña te han dado tonto del culo. Y ahora espérate al veredicto de tus tendones, ojo te caen dos meses de cárcel por tu chorradita. El hospital y el cementerio está lleno de valientes”

Llego a casa, me tumbo con mala cara por la bronca que me acaba de caer y vuelvo a meditar, las conclusiones.

“Está claro que la prudencia no ha sido tu punto fuerte. ¡PERO QUE PASA!, me gustaría ver quien hubiese ido a esta carrera en tus condiciones. Sólo tú. ¡ERES UN VALIENTE! Y si el cementerio está lleno de valientes… ¡¡SEGURO QUE MURIERON DE PIE!! No te hundas campeón, ves  a por hielo, aplícatelo en tus piernas y recupérate lo antes posible. Porque ahora, todos se van a enterar de quien eres.  Vas a entrenar más que nunca. Caer está permitido, levantarse es obligatorio. Que Dios se apiade de todos estos si vuelves a correr esta carrera”

 ¿A quién le hago caso? Supongo que sabéis la respuesta.


 

Salud y km

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