jueves, 18 de abril de 2013

La pequeña que plantó cara a un país.


“Lo siento mamá, he de tomar este bote” Esa fue la última vez que vio a su hija.

Esta la increíble historia de Samia, atleta Somalí. Una niña que nunca dejó de creer en sí misma. Ella tenía un sueño, que cogió y lo protegió con los dientes cerrados, no dejo que nada ni nadie se lo robara. Will Smith estaría orgulloso de ella.

Empezó retando a los chicos de su clase, las chicas eran demasiado fáciles para ella. De callejuela en callejuela nadie lograba batir a la pequeña Samia. Allí empezó su pasión por el atletismo.

Su madre le apoyaba por encima de todo. Pero le inquietaba la idea de que su hija entrenara por las calles de un país donde la paz era escasa. Entre tiros y muertes Samia corría para llevar a su país a los juegos olímpicos de Pequín.

Empezó a competir a nivel nacional, sin embargo, la falta de un buen entrenador y material en condiciones no le permitía entrar en las plazas olímpicas.

La pequeña protagonista nunca se rindió, no era la más rápida, pero si la más valiente. Una niña que nunca paro de intentarlo. Corriendo por encima de todo.

Las cosas se complicaron mucho más cuando su padre y su tío fallecieron en la guerra. Ella tenía bajo su responsabilidad cinco hermanos. Quien en su sano juicio seguiría soñando en llegar a unos juegos olímpicos. ¿Quién? ¿Cómo? Esta pequeña valiente, con coraje. Sacaba el tiempo de debajo de las piedras y corría por las calles más peligrosas del mundo. Incluso alguna vez se topaba con calles cortadas por el ejército.

Cualquiera de nosotros deja de correr un día porque llueve, porque hacen un partido de segunda división, porque nos duele la uña del pie, porque hay una manifestación… Porque sí. Imaginaros ahora que te dicen que de vez en cuando hay bombardeos en la diagonal, o que acaba de caer un misil en plena Viagusta. No habría ni Perry Mayson por las calles.

Esta niña corría jugándose su vida por un sueño. Es increíble, nada, absolutamente nada puede parar a esta chica. Por eso que logró lo que tanto anhelaba. Ir a Pequín en representación de su país.
Sus límites habían escalado un par de posiciones. Ahora su sueño era el oro olímpico. A falta de entrenadores durante tantos años era algo imposible para esas olimpiadas. Samaia luchó con toda su alma en esos doscientos metros.

Gente que presenció la carrera en directo sostenían que la mirada de esa niña era de campeona. Su historia no podía ser de nadie más que la de la campeona del mundo. Esas olimpiadas no logró ganarlas, de todas formas, su carrera de atleta empezaba allí. Ahora nadie la podía parar, la bestia se había despertado.



Cuando llegó a Somalia, su familia la recibió con los brazos abiertos, pero no sabían cómo había quedado. Ese país estaba prácticamente incomunicado por la guerra.

Su vida empezaba, su sueño cogía forma. Desgraciadamente las cosas se torcieron aún más y la milicia fundamentalista Al Shabab, prohibió el deporte y cualquier atisbo occidental. Lo hicieron amenazando con la muerte a aquel que se atreviera a correr o algo similar.

La niña quedó traumatizada y dejó el atletismo… un tiempo. Poco a poco los dientes se cerraban con más fuerza y la bestia que tenía dentro de sí gritaba con más rabia para salir de allí.

Un bote partía de Somalia hacia la costa Italiana. Era su oportunidad de triunfar, llegar allí y correr con libertad. Las cosas no son tan fáciles, ese bote suponía un enorme riesgo, por eso, su madre la prohibió dejar  Somalia de esa manera.

“Lo siento mamá, he de tomar este bote” Esa fue la última vez que vio a su hija. Samia murió ahogada durante el desplazamiento.

Entre ella y su sueño solo le podía parar la muerte. Una muerte causada por el odio de un general. Por la maldad de una milicia. Por la mentira de un país.

Este tipo de muertes no han de ser en vano, no los son. Esta historia, tan real como dramática enseña al mundo entero valores necesarios. Un país entero decía que no se podía, una pequeña niña gritaba que sí.

Pero no es así, estas historias que nos enseñan grandes valores están escondidas tras los vestidos que luce Belén Esteban y la nueva novia de Rafa Mora.

No te preocupes campeona, hay blogs que anteponen este tipo de historias por encima de todo.

Salud y km.



No hay comentarios:

Publicar un comentario