martes, 27 de marzo de 2012

¿triathlon o quatrathlon?


Imaginemos el siguiente reto: un triatlón olímpico en el que participa un equipo contra sólo un triatleta. El equipo consta de Oussama Mellouli (Oro en las olimpiadas 2008 en 1500 metros a nado), Kenenisa Bekele (Oro en las olimpiadas 2008 en 10.000 metros a pie) y un ciclista profesional. El triatleta sería Simon Lessin, record mundial de 1996.

Ciclista profesional

Kenenisa Bekele

Oussama Mellouli

Simon Lessin

¿Quién ganaría?
Teniendo en cuenta que el triatleta compite contra los mejores del mundo ¡de manera non-stop!, la respuesta parece ser bastante obvia: ganaría el equipo fantástico. Veamos:
PUM! Suena el disparo Inicial, salta Simon Lessing al agua con una ventaja de 3 segundos respecto a Oussama Mellouli. El nadador en menos de un minuto ya se ha colocado delante de Simon. El primer miembro del equipo llega 1:47 minutos antes que el triatleta, se saca el neopreno en 27 segundos (es realmente difícil sacárselo, está agarradísimo a la piel) y le pasa el relevo al ciclista. El ciclista tarda en llegar a la bici 1:20  minutos, se coloca el casco, las gafas y el calzado de la bici en otro minuto y tarda en llegar a la salida de bici en 1:10. Total de la transición: 3:37.

Simon en cambio llega en 25 segundos a la bici (se saca el neopreno por el camino), se coloca todo el material en 10 segundos (el calzado de la bici ya está enganchado a los pedales) y llega a la salida de la segunda modalidad en 25 segundos más. Total 1 minuto. Sale Simon un minuto antes.
El ciclista le cogería en poco tiempo, pero una vez lo haya superado seguirán iguales el resto del recorrido. Aunque el segundo miembro del equipo tenga más potencia sobre las dos ruedas no le sacaría nada de ventaja porque el triatleta iría a rueda del ciclista de élite, es decir, se pondría detrás suyo y dejaría que todo el viento se lo trague él, anulando por completo la frenada provocada por la ventolera (aunque haya poco viento, van a una velocidad que ya se nota bastante).
La segunda transición el triatleta la hace en menos de un minuto, en cambio, Kenesina Bekele la haría en unos dos minutos aproximadamente. Por tanto, el triatleta sale con un minuto de ventaja.
En meta veríamos que llega en primera posición Kenesina Bekele, y al cabo de poco menos de un minuto llegaría Simon Lessing.
Ciertamente gana el equipo élite. Pero nadie hubiera dicho que estarían tan ajustados.
He hecho los cálculos a raíz de los tiempos de cada uno de los concursantes. El tiempo de las transiciones  lo he hecho teniendo en cuenta que en la imaginaria competición los deportistas del equipo se comportan como cualquier persona, ya que no están acostumbrados a realizar una transición.
En cualquier caso, es poco exacto. Con todo esto lo que quiero explicar es la importancia de las transiciones en un triatlón.
Los triatletas practican horas y horas las transiciones: se suben a la bici con el calzado ya integrado en los pedales, corren con la bici al lado, se colocan las bambas de atletismo, se sacan el neopreno, se atan y desatan el casco (con las gafas ya integradas)…Todo esto lo practican una y otra vez, hasta que lo hacen con los ojos cerrados. Es básico arañar segundos en estas cositas que parecen pequeñas. Por 4 segundos puedes perder la primera posición.
Incluso antes de las carreras, se estudian el recorrido del agua a la bici y de la bici a la carretera. Van al límite.
Alguna vez sucede que uno está con un grupo muy fuerte y no se puede permitir salir un poco más tarde con la bici (acabaría quedándose atrás ya que el pelotón va al ritmo del más fuerte, y si no está en este, no te puedes aprovechar de las ventajas de ir a rueda). Por tanto se suben a la bici sin meter el pie completamente en el calzado. Las pasan canutas para calzarse luego, pero les acaba compensando.
Si no se cumple a la perfección las normas de las transiciones un triatleta puede ser penalizado o descalificado.  Las penalizaciones suelen ser de 15 segundos. Han llegado a retroceder de primera posición a no tocar el pódium por estas sanciones.
Mala pata también hay, Javier Gómez Noya al lanzar el casco a la caja (donde hay que guardar lo que ya se ha utilizado)  le salió rebotando hacia afuera. El triatleta sin darse cuenta se dispuso a correr y le penalizaron en el tramo a pie 15 segundos.
A mí en un duatlón me llamaron la atención por tener el codo apoyado en el sillín de mi bici (ya puesta en su sitio) con el casco desabrochado. Son muy estrictos con las normas, por eso hay que ser rápido y eficaces al 100%.
El triatleta desafía a Fernando VII y a su mítica frase: “vísteme despacio que tengo prisa”.
Dejo un video de motivación y una entrevista que se le hizo a Gómez Noya:


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